Hermano de un joven con autismo y perteneciente al grupo de
hermanos del Patronato Intermunicipal Francisco Esteve, grupo desde el que se
reivindican los derechos de sus familiares en la sociedad, César quiso aportarnos un punto de vista en el que se destacara la
diferencia que existe entre la atención que ofrece a la discapacidad el sistema
español y el noruego.
De este modo explica que, en Noruega, “hay una línea de educación solamente, no existen los colegios
específicos y, los discapacitados están en el aula. Aprovechan los educadores,
los trabajadores, para educar en valores aprovechando las actitudes que tienen
este tipo de personas”. Añade además que la atención de cada trabajador va
dirigida a seis niños/as en infantil y once en primaria, contando con personal
de apoyo si cualquiera de los/as integrantes de su clase presenta alguna
necesidad especial.
Sin duda, impresiona lo que nos queda por avanzar, pero aquí tenemos el ejemplo de que otra manera
de hacer es posible, de que la integración, tanto social como laboral, no
son un sueños para estos/as ciudadanos/as con los mismos derechos que
cualquiera a una vida plena.
Como él mismo expresa, “hay
una sociedad que a cuatro horas de avión, tú vas y funciona”.
Comenta que para su hermano los recortes están suponiendo
una gran preocupación, dado que es una persona para quien “su Centro es su entidad”, donde realiza su ocupación y tiene a sus
amigos, por lo que su posible cierre le produce una desagradable sensación de
angustia.
Gracias por tu visión, por mostrarnos una realidad tan
diferente, por animarnos a seguir luchando para que esa “declaración de
intenciones” que queda reflejada en un papel dentro de la Constitución se
cumpla de una vez.
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