Cristina Durán...

Una posibilidad entre mil es un cómic imprescindible para las personas que de un modo u otro tienen contacto con el mundo de la discapacidad, que no olvidemos que podemos ser cualquiera, en cualquier momento. 

Cuenta cómo, por qué, mientras exista una sóla posibilidad entre mil, luchamos por salir adelante, cómo nos aferramos a la esperanza porque, aunque cueste, si no nos rendimos, podemos. Cómo cuándo nuestro mundo parece acabarse, siempre hay alguien dispuesto a simplemente estar ahí, por si acaso. Cómo la voluntad puede volver del revés a una situación adversa. Cómo la gente que trabaja y cree en lo que trabaja se convierte en parte de nuestra familia si es preciso.

Sin duda, Una posibilidad entre mil es Discapacidad en Marcha y no cuesta nada imaginarse a Miguel o a Cristina mochila al hombro caminando, por ello quisimos acercar la voz de su autora a esta nueva iniciativa que surgía, dando difusión en las ondas a parte de aquello que tiene que decir.

Madre de una niña con discapacidad nos habla del aprendizaje que les llevó su nacimiento. Tanto a nivel personal como profesional, nos comenta la valoración que hace tras el nacimiento de Laia, sin duda un hecho que cambió sus vidas por completo.

Quisimos resaltar la figura de los fisioterapeutas en la entrevista, por la importancia que se destaca de él en el libro, porque es un grupo de trabajadores fundamental en el sector y la incoherencia del sistema de recortes que nos imponen, está haciendo que se prescinda de ellos/as en Centros cuya base es la rehabilitación a este nivel. Así fue como Cristina pone el adjetivo de “imprescindible” a Florencio, a quien aún hoy en día siguen recurriendo para la mejora de Laia.

Al preguntarle por la posibilidad del cierre del recurso al que asiste su hija, suspira manifestando que “sería un auténtico desastre” dado que para ella “es lo que le da vida”, lo que le da seguridad. No duda en afirmar que Laia “necesita esa rutina y estar rodeada de esos especialistas que saben exactamente lo que necesita”.

En cuanto a la tendencia palpable en el ambiente hacia la privacidad de los servicios sociales, expone que se trata de una “auténtica aberración”, conseguir “un mínimo bienestar social y que ahora esto nos lo quiten me parece, ¡vamos!, una animalada”.

Con cada impulso una nueva posibilidad de cambiar las cosas…

Gracias por acercarnos a vuestra experiencia y permitirnos ser partícipes de ella.